Panorama de la literatura apurimeña
Melquiades Alendez Carrión & Rubén Huertas Farfán (*)
La presencia de la literatura apurimeña en la cultura nacional es silenciada por la crítica oficial. En la siguiente nota se esboza su desarrollo y el trabajo literario de sus autores, que tienen en José María Arguedas y Manuel robles Alarcón, a sus máximos exponentes.
La creación literaria en Apurímac ha evidenciado un notable desarrollo en la escena nacional. Sin embrago, se carece de trabajos que analicen el desarrollo de la literatura apurimeña y se les otorgue el sitial que merecen los autores y sus obras. Algunos ostentan méritos a nivel nacional, departamental y local. Para evidenciar esta vertiente creadora, esbozaremos el trabajo literario de algunos de ellos.
José María Arguedas es, sin lugar a dudas, el escritor de mayor prestigio e importancia que tiene Apurímac. Su imagen ha opacado a otros literatos apurimeños. Jorge Flores Ramos, escritor andahuaylino, tiene trabajos en verso y en prosa que conjuncionan el romanticismo provinciano, sus relatos describen al indio reivindicando los valores de su raza y luchando contra la injusticia social. En poesía podemos mencionar sus poemarios: "El paisaje", "El hombre y la vida", "Poemas matinales", y otros.
El maestro Guillermo Villadegut Ferrufino cultivó una bellísima y sugestiva prosa de estilo insuperable. Su novela "El extraño indio Clemente Kespe" se ubica en la corriente indigenista, "Alancho, el noble bandolero", refleja la vida citadina de Abancay, las costumbres populares y el folklore apurimeño, "Las voces eternas" encierra un conjunto de poemas de emoción social, y el "Reloj del tiempo" representa una especie de calendario histórico.
Juan José Flores en su obra "Huámbar poetastro, acacau tinaja", muestra con sutileza las costumbres andinas. Hugo Pesce Pescelto, investigador, profesor universitario y fino literato, en su obra "Latitudes del silencio" conjuga la agudeza de su ingenio con la precisión y rigor científico de su narrativa. Julio César Sanabria Hermosa es autor de la novela coerta "Casta de blancos" que en 1942 fue galardonada en los Juegos Florales Sur Peruanos relizados en el Cusco.
Entre los escritores que actualmente despliegan esfuerzo y trabajo por la literatura apurimeña, figuran Federico Latorre Ormachea, infatigable trabajador de la pluma, de profunda emoción social, que en la temática de sus obras, refleja el mundo del Ande como cimiento de la nueva nacionalidad. ha publicado "Narraciones apurimeñas", "Canto a mi tierra", "Félix y el tío Baltazar" y hace poco "El niño Lunarejo".
También desarrollan el trabajo literario Hermógenes ROjas Sullca, poeta, narrador y compilador de verso lírico y bucólico. Giraldo Alfaro Valer que en su novela "Orgía de sangre" refleja la realidad de Puerto Maldonado. Hernán Hurtado Trujillo es autor de "Versos del camino", "la vida hecha poesía", que son versos reflexivos y de emoción social. Alejandro Medina Bustinza en sus poemarios "El despertar de los míos" y "Apu Runco", muestra su estilo indigenista. Exaltación Amaru Flores en su obra "Intimpay" sustenta la fuerza telúrica que tiene su expresión en los fenómenos naturales que merecen ser estudiados y analizados.
Un acápite especial merece la obra del escritor abanquino Manuel Robles Alarcón, que es una de las más importantes, y al que se debe dar el reconocimiento que con justeza se merece. Junto con José María Arguedas y Ciro Alegría, es uno de los pioneros de la narrativa indigenista. En sus obras "Sara cosecho", "perros vagabundos" y otras, describe al mundo indígena con patético realismo, denuncia la opresión feudal y de servidumbre en que se halla sumido, hace carne de sus protestas y anhelos, alza la voz preconizante que la unión de los indios les dará la fuerza para forjar su propia redención.
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* Extractos de la tesis "El realismo indigenista en las obras de Manuel Robles Alarcón", que fue presentada por sus autores para optar el título profesional de Licenciado en Educación en la Universidad Tecnológica de los Andes, en Abancay.
Visión, suplemento del diario....
Lima, jul-ago 1994
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