viernes, 7 de febrero de 2020

Las Rabonas, a los ojos de todos




Juan de Arona en su Diccionario de Peruanismos, define a la rabona como una "especie de cantinera peruana [..], y que podría compararse a la Hija del Regimiento. La rabona es una india de raza pura, pequeña, maciza, que va siguiendo abnegadamente al soldado peruano por los desfiladeros de la Sierra, por los arenales de la Costa, por entre los fuegos de la batalla..." 

El término "cantinera" se confunde con rabona, pero las rabonas no eran cantineras. La rabona fue una leal compañera del soldado, fuera y dentro del cuartel. Fue el "componente femenino" del Ejército. Durante la Guerra del Pacífico, cuando llegaba la hora de la leva, "el recluta pasaba a las unidades, informalmente, con su mujer". En los cuarteles había un patio para las rabonas, donde cocinaban y se hospedaban. Donde lavaban la ropa de su compañero: el soldado peruano. El soldado permanecía junto a su mujer: la rabona; y ella se quedaba al lado de su amor: el soldado peruano. En las campañas seguían en silencio a las columnas de soldados "llevando a cuestas a sus espaldas en un enorme rebozo de bayeta anudado sobre el pecho, los útiles de cocina, el fruto de sus entrañas, la fajina para prender el fuego, ¡un hogar entero!"

La rabona es un personaje poco mencionado en nuestra historia. "Es popularmente un término peyorativo, insultante". El doctor Casimiro Ulloa, Jefe del Servicio de Sanidad durante el conflicto con Chile, a menudo en sus informes, "se quejó de las rabonas a quienes llamaba, de manera despectiva, "cantineras". Jorge Basadre cita lo siguiente: "Así como del coloniaje nos acordamos demasiado de las calesas y nos olvidamos de los obrajes, así también en la República el recuerdo es para las tapadas con olvido de las rabonas". La tapada es la mujer coqueta, la mujer que anda por los pasillos y los corrillos ruidosos; la mujer que va vestida con el traje de saya y manto, la que anda por el puente y la alameda. La del zapatito de seda. La mujer que, "con el encanto del misterio", despide en su ligero andar el perfume de las rosas y del jazmín. La rabona también es andariega; "pero son leguas y leguas las que recorre por cerros, arenales y quebradas". La tapada es una flor; la rabona es... "leal a su hombre y a su batallón". Para el soldado ella era la compañera en sus momentos de soledad y ella se sentía segura.

Adriana de Verneuil, esposa de Manuel González Prada, señala que "la lengua predominante entre los soldados era el quechua, muchos de ellos iban mal vestidos y habitaban en lugares de condiciones sanitarias calamitosas". El soldado peruano tiene pocas pretensiones. Fue la rabona quien lo consoló y enjugó sus lágrimas, calmó su sed y cuidó de sus heridas. Para ella el soldado "era todo su mundo". No recibían ración sino que se alimentan "con parte de la que toca a sus cónyuges".

Las rabonas que acompañaban al soldado peruano en los combates en las provincias sureñas de Arica, Tacna y Tarapacá eran vistas por los extranjeros "con mucha extrañeza" y es que consideraban que el campo de batalla, no era un lugar propio para las mujeres. Las mujeres debían estar en casa esperando al esposo, al hermano o al hijo, "para celebrar con ellos la victoria o cuidarlos en caso de la derrota". Mas las rabonas no se quedaban en la casa. A ellas, en el combate -escribe Sir Clement Markham- se las ve "atendiendo a los heridos, satisfaciendo sus necesidades..." Cerrándoles los ojos a sus soldados.

El primer auxilio del soldado herido en campaña era la rabona. Fue poca la asistencia durante la guerra y la poca que hubo estuvo a cargo de la Cruz Roja. La famosa enfermera inglesa Florence Nightingale, conocida en su país como "la dama de la lámpara" por el poema Santa Filomena de Henry Wadsworth: ...¡Mirad! En aquella casa de aflicción / Veo una dama con una lámpara, / Pasa a través de las vacilantes tinieblas...; no tuvo conocimiento que el Ejército Peruano tenía un servicio de "enfermería empírico" porque, de haberlo sabido, se habría maravillado del trabajo de la rabona "y lo habría bendecido".

Fuentes:
• Diccionario de Peruanismos, Juan de Arona / La gesta de Lima 1881-13/15 Enero-1881
• Margarita Rodriguez
• Ana Maria Malachowski R.



Compartido en FB el 04 de febrero de 2020 por Puno Online:

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