lunes, 19 de abril de 2021

Principales áreas de textiles prehispánicos



Principal área de desarrollo de textiles prehispánicos en los Andes Centrales




Imagen proveniente de:

Philip Ainsworth Means
A study of peruvian textiles illustrated by representative examples in the Museum of Fine Arts, Boston (1932)


 

Bartolomé Ruiz y la balsa tumbesina (1526)

 



En el segundo viaje de la expedición exploradora de Pizarro, 1526, frente a la Bahía de San Mateo, costa de Manta,  actual Ecuador, el piloto Bartolomé Ruiz encontró una balsa tripulada con indios tallanes que decían provenir de una ciudad llamada Tumbes.  Los españoles capturaron tres jovenzuelos entre estos tripulantes, llamados Fernandillo, Felipillo y Francisquillo, que llegarían a llevar a España para que aprendan la lengua castellana y sirvan de intérpretes al retornar al naciente Perú.  El más famoso de los tres fue Felipillo.  Se trataba de una tripulación quechua hablante trasladando fina mercadería de pueblos de la costa norte peruana.  No era una balsa manteña, sino tumbesina.

"Bartolomé Ruiz, piloto del navío de avanzada, divisó en su camino hacia el sur una balsa que por su tamaño fue confundida con una carabela portuguesa, pero que ante el estupor de los españoles, estaba tripulada por indígenas que comerciaban productos"

Imagen proveniente de "Enciclopedia Temática del Perú" (tomo II) del diario El Comercio (Lima)
Tomada de aquí


De la leyenda a la balsa de tumbesinos

No es de extrañar por eso que, desde antes que llegaran los españoles al Perú, el codiciado país quedara envuelto en un sueño de oro. No se sabía cómo era ni dónde estaba, pero ya el humanista Pedro Mártir de Anghiera en sus Décadas, muchos años antes del descubrimiento del Perú, hablaba del mancebo desnudo, hijo del cacique de Comogre, que escandalizó a los españoles al dar un puñetazo y volcar el oro en polvo que estaban pesando en la balanza y les reprochó que se preocuparan por tan poco cuando más al sur había cantidades fabulosas: "todo aquel lado que mira al Sur desde las aguas vertientes de las montañas cría oro en abundancia". El episodio lo recogen López de Gomara y Las Casas, que hacen decir al mozo Panquiaco que hacia el sur había "oro en mayor cantidad que hierro en Vizcaya".

No importa que Panquiaco no dijera verdad, ni que fuera una estratagema para alejar del istmo a los codiciosos españoles, ni que las minas de oro de que hablaba no estuvieran tan lejos sino casi al alcance de la mano. Lo cierto es que desde entonces la alucinada esperanza de los expedicionarios los estimuló a nuevas conquistas. Unos querían partir de Panamá hacia el Poniente (los valles ricos y próvidos de Nicaragua). Otros hacia el Levante (la que después se llamó con el inventado, o trastrocado, y en todo caso mestizo, de Perú). "Hay nuevas de mucha riqueza", escribe precisamente al Rey el Gobernador Pedrarias Dávila, en 1525, al comunicar el primer viaje de la "armada de Levante" por el Mar del Sur, bajo la capitanía de Francisco Pizarro.

La confirmación no vino sin embargo entonces, sino en el segundo viaje, cuando el navío comandado por el piloto Bartolomé Ruiz encontró una inesperada balsa con indios tumbesinos que navegaba lentamente por el Océano Pacífico. La relación escrita al -parecer por Francisco de Xerez y extractada en España por el Secretario del Emperador Carlos V, Juan de Sámano, narra con frase sobria pero emoción auténtica esos momentos de sorpresa. Es el primer contacto de la cultura de Occidente con la cultura de los Incas, que no tiene como escenario la tierra sino el mar.

"Este navío -dice la relación-... tenía parecer de cabida de hasta treinta toneles; era hecho por el plan y quilla de unas cañas tan gruesas como postes, ligadas con sogas de uno que dicen henequén, que es como cáñamo, y los altos de otras cañas muy delgadas ligadas con las dichas sogas a do venían sus personas y la mercadería en enjuto, porque lo bajo se bañaba; traía sus mástiles y antenas de muy fina madera y velas de algodón... Traían muchas piezas de plata y de oro para el adorno de sus personas, para hacer rescate con aquellas con quien iban a contratar, en que intervenían coronas y diademas y cintos y puñetes y armaduras como piernas, y petos y tenazuelas y cascabeles y sartas y mazos de cuentas y rosicleres y espejos guarnecidos de la dicha plata, y tazas y otras vasijas para beber. Traían muchas mantas de lana y de algodón y camisas y al jubas y alcaceres y alaremes y otras muchas ropas, todo lo más de ello muy labrado de labores muy ricas, de colores de grana y carmesí y azul y amarillo y de todas otras colores, de diversas maneras de labores, y figuras de aves y animales y pescados y arboledas. Y traían unos pesos chiquitos de pesar oro, como hechura de romana, y otras muchas cosas; en algunas sartas de cuentas venían algunas piedras y pedazos de cristal y anime. Todo esto traían para rescatar por unas conchas de pescado de que ellos hacen cuentas coloradas como corales y blancas, que traían casi el navío cargado de ellas".

El relato de Xerez -si es Xerez como parece- tiene la asombrada objetividad, no del testigo de vista -que él no lo pudo ser, porque no estuvo con Bartolomé Ruiz en ese viaje-, pero sí la del que recibió la imagen viva de quienes fueron los felices participantes en ese episodio. Las mantas de rica lana, las diademas y cintos y collares y petos y cascabeles de oro y plata, que se cambiaron por conchas coloradas, y sobre todo la alta balsa en que viajaban veinte hombres cobrizos, fueron el primer encuentro con el buscado Imperio de los Incas. Y la balanza para pesar oro (hay una semejante, hecho de plata y con platillos de oro, en el Museo "Oro del Perú") y las jarcias y velas de la balsa revelaron el adelanto técnico y la organización social de los pueblos peruanos



Texto proveniente de:
Catálogo
Museo de Oro del Perú / Museum Gold of Perú
Textos: Miguel Mujica Gallo
Dirección y producción: Manuel Figueroa Moncada
Lima, 1993


Capítulo IX

La región fronteriza ecuatorial

La región situada a orillas del golfo de Guayaquil forma, junto con las tierras que rodean la bahía de Sechura y los valles del río de la Chira, río de Piura y río Tumbes, el territorio más avanzado del Imperio chimú, cuya línea fronteriza más septentrional debe establecerse en el curso del último de los ríos citados o en la cordillera de Chilla (mapa núm. 1).

La ciudad de Tumbes, situada frente a la isla de Puna, fue también la puerta de entrada de Pizarro y de los conquistadores españoles. En este sitio trabaron los blancos su primer conocimiento con el país de los chimúes y merece por tanto, la pena que nos detengamos con un poco más de detalle en este encuentro histórico memorable, tal como lo describen los cronistas de la época. Aunque los datos que estos dan difieran en algunos puntos, no impide ello obtener, en su conjunto, un cuadro bastante exacto de lo que sucedió.

Cuando [Bartolomé] Ruiz, el piloto de Pizarro, vio en 1526, por primera vez, la ya citada embarcación india, con su gran vela cuadrada (página 8 y sigs.), y abordó la misma, tomó contacto con los indios que se encontraban a bordo. Eran hombres y mujeres de la región de Tumbes, a cuya ciudad pertenecía también la embarcación. Algunos de ellos llevaban ricos aderezos; y traían consigo los objetos más variados de oro y plata, trabajados artísticamente, con los que comerciaban en las diferentes poblaciones del litoral. Lo que más llamó la atención de los españoles fue los extraños indumentos de los indígenas, consistentes en tejidos finísimos, bordados primorosamente, con dibujos de animales y flores, en colores muy vivos. Se trataba de la suave lana de la alpaca y de la todavía más delicada de la vicuña, de las que ambas superan en elegancia a la de la llama, pudiéndose obtener de ellas telas tan brillantes y sutiles que, cuando se mostraron en la corte española, muchas veces no se las pudo distinguir de los tejidos de seda.

Los mercaderes también llevaban consigo algunas balanzas, para pesar los metales nobles; se trataba de instrumentos que los europeos no habían visto hasta entonces en ningún país americano, ni siquiera en Méjico. En los museos se encuentran en la actualidad muchos brazos de balanza, bien conservados, en parte muy delicadamente trabajados en hueso o madera y provistos de refuerzos de plata repujada. Estos objetos, procedentes del territorio chimú, están provistos muchas veces de diminutas tallas; y tienen casi siempre, en el centro y en ambos extremos, perforaciones, de las que la central servía para suspender la balanza, mientras que las laterales estaban destinadas a llevar las cuerdas que sujetaban, bien dos pequeñas redes (lámina XVIII), bien platillos metálicos, en los que se colocaban los objetos que habían de pesar y las pesas necesarias, que eran, probablemente, de piedra. Otros brazos de balanza muestran una perforación en toda su longitud, y llevaban una cuerda dispuesta en el canal así formado, de modo que a un lado se podía sujetar una red y en el otro la pesa correspondiente. Se encuentran hasta balanzas con dispositivos para ajustes de precisión, sirviendo para este caso dos pequeños discos en un anillo, para controlar la posición horizontal. De la balanza romana, sobre la que informan posteriormente varios cronistas, no se ha podido obtener hasta ahora hallazgo alguno en el territorio chimú.

Los mercaderes indios de Tumbes dieron a entender a Ruiz que en su patria estaban los campos poblados por grandes rebaños de animales; y que en los palacios de los soberanos de su pueblo eran el oro y la plata casi tan corrientes como la madera. Se sobrentiende que los españoles escucharon con suma avidez estos informes, que concordaban tan bien con sus propios deseos, decidiendo el piloto, que aunque fuesen algo exageradas las narraciones, convendría retener a dos de aquellos indios, para enseñarles el castellano, con objeto de que más tarde pudiesen servir de intérpretes a sus compatriotas.

Pasó un año hasta que pudieron volver los españoles de nuevo a aquellas tierras, tras muchas penalidades y fatigas, y todavía más en el papel de precavidos y pacíficos exploradores que de conquistadores belicosos. Cuanto más se acercaban al golfo de Guayaquil, tanto más les sorprendían los signos de una mayor cultura, que se manifestaba a través del aspecto del país y de sus moradores; hay que tener en cuenta que en las costas de Panamá y de Colombia no habían encontrado sino salvajes, a veces hasta antropófagos. Por todas partes apreciaban los efectos de la agricultura; y el litoral ofrecía un aspecto más atractivo cada vez. En los llanos de la costa crecía el algarrobo; y los arbustos balsámicos difundían a grandes distancias su dulce perfume. Entremedias, aparecían grandes extensiones de terreno cultivado; en las colinas crecían el maíz y las patatas; y las zonas más bajas lucían el adorno de las floridas matas del cacaotero, oriundo de esta región.

El país aparecía cada vez más densamente poblado; y las poblaciones se hacían visibles en las bahías y ensenadas, siempre que los españoles doblaban una punta de tierra. De cuando en cuando rodeaban la nave de Pizarro balsas que llevaban izada, como una bandera, una máscara dorada, y que aparecían cargadas de guerreros indios. Pronto llegaron los españoles al golfo de Guayaquil, donde los valles se distinguían por su extraordinaria belleza y su fertilidad, mientras brillaban al sol las blancas chozas de los indígenas, en la costa, y las columnas de humo que ascendían entre las colinas denotaban la presencia de uní densa población en el interior. Los europeos veían frente a sí los gigantescos picos, de más de 6.000 metros de altura, de la cordillera de los Andes, que aquí se ofrece con mayor majestuosidad. Vieron el Chimborazo, con su ancha y redondeada cima, que se levanta como la cúpula central de la cordillera; y el Cotopaxi, con su cono de un blanco inmaculado, en aquellos tiempos el volcán más activo y todavía en la actualidad el más alto de los que presentan actividad en el planeta.

Tumbes se ofrecía desde el mar, en 1527, como una ciudad de bastante amplitud con muchas casas de piedra, encuadrada en un paisaje maravilloso. A cierta distancia de la orilla, vio Pizarro cómo se le aproximaban grandes balsas, cargadas de guerreros, que, como muy pronto había de enterarse, habían emprendido una expedición bélica contra la cercana isla de Puna. Cuando Pizarro estuvo lo suficientemente próximo a la escuadra india, invitó, por medio de los intérpretes que entre tanto había formado con las gentes traídas de Tumbes, a que algunos de los capitanes de aquella tropa subiesen a bordo de la nave, a lo que estos accedieron.

Contemplaron con asombro todos los objetos que veían a su alcance; pero su mayor sorpresa fue, sobre todo, el encontrar tan inesperadamente a sus propios compatriotas. Estos les contaron el modo en que habían caído en manos de aquellos hombres extraños, describiéndolos como una especie de seres extraordinarios, que habían llegado a Tumbes sin ninguna mala intención, pues no querían sino conocer aquella tierra y a sus moradores. Esto fue confirmado por Pizarro, que invitó a los indios a regresar a sus balsas, para que informasen a sus conciudadanos de lo que habían visto y oído. Pizarro insistió también en que quería establecer un intercambio amistoso con los indígenas, rogando que le entregasen víveres.

Entre tanto se había amontonado en la orilla gran parte de la población, que contemplaba con inexpresable sorpresa aquella fortaleza flotante, que había lanzado el ancla en las tranquilas aguas del golfo. Escucharon con avidez lo que les contaban sus compatriotas, informando seguidamente de ello al cacique de la ciudad. No tardaron mucho en traer plátanos, maíz, batatas, almendras de cacao y otros productos de la tierra, así como caza, pescado y algunas llamas, de las que Pizarro no había visto hasta ahora sino dibujos muy primitivos, pero ningún ejemplar vivo. Las examinó con el mayor interés, pues se trataba de un ser extraordinariamente curioso para los españoles, quienes lo denominaron “el pequeño camello de los indios”.

Al día siguiente fue enviado a tierra Alonso de Molina, acompañado de un negro que traían de Panamá, para que llevara al cacique de la ciudad presentes consistentes en cerdos y aves, todos ellos animales desconocidos para los indígenas. Molina no se hartó de narrar cosas verdaderamente maravillosas. Ya al tocar tierra le rodearon los indios, que manifestaron su máxima sorpresa por su indumento, lo blanco de su tez y, sobre todo, por la longitud de su barba. Aquellos indígenas imberbes no habían visto jamás en su vida a un personaje tan extraño. Sobre todo las mujeres manifestaron una gran curiosidad por Molina; y hasta quisieron retenerlo consigo.

No era menor la extrañeza por el color negro de la piel de su acompañante. No querían convencerse de que era natural; y trataban de quitar con sus manos la pretendida pintura. Como el africano se dejaba hacer esto, con el buen humor que le distinguía, iluminando la sonrisa de su cara la blanca fila de sus dientes, no tuvo límites el alborozo de los indios. También examinaron con gran curiosidad los animales que habían traído los españoles, y que les eran totalmente desconocidos. Cuando el gallo lanzó, con fuerza y claridad, su orgulloso quiquiriquí, batió palmas todo el pueblo humilde que se había reunido, preguntando qué es lo que había dicho.

Olvidamos en nuestros días con demasiada facilidad la influencia enorme que hubieron de tener sobre los indios todas estas extrañas cosas, y lo mucho que debió contribuir a que se realizase la conquista del país con relativa facilidad. Existe un hecho no menos expresivo y muy emotivo por su ingenuidad, que sucedió durante una de las incursiones anteriores de los españoles en tierras más septentrionales. Dejaron estos en una aldea india, tras de haber reposado en ella, un caballo enfermo, que los indígenas consideraron como un ser superior. Le llevaron a una casa y le ofrecieron toda clase de alimentos que quizá hubiesen deleitado a un hombre: aves asadas y toda clase de bocados exquisitos hechos con carne, ante los cuales el pobre animal murió de hambre lamentablemente.

Los compañeros de Pizarro comprobaron también, con gran sorpresa, durante su marcha hacia Quito, que los indios, al ver por primera vez a los guerreros montados a caballo, no comprendieron que se trataba de dos seres distintos. Creyeron más bien que era un monstruo con dos cabezas, no descubriendo su error hasta que uno de los jinetes cayó de su cabalgadura, motivo por el cual, precisamente, corrieron grave peligro los españoles.

Molina, el enviado de Pizarro, fue conducido en Tumbes a la vivienda del cacique de la ciudad, casa que encontró maravillosamente amueblada y decorada, con ujieres en las puertas y un gran lujo en objetos de oro y plata. Le fueron enseñadas solícitamente diferentes partes de la ciudad india, entre ellas la fortaleza construida con piedras sin tallar, de la que Cieza de León informa que, aunque era de poca altura, ocupaba una gran superficie. Es esto muy corriente en la mayor parte de las edificaciones indias, que no alcanzaban sino a lo sumo dos y muy pocas veces tres pisos de altura, hasta en la época posterior de la dominación incaica. Cerca de esta fortaleza se encontraba un templo que, según el relato de Molina, brillaba de oro y plata.

Esta descripción le pareció tan exagerada a Pizarro, que al día siguiente envió un segundo mensajero de toda su confianza. Eligió para ello al caballero griego Pedro de Candía. Se le llevó a tierra ataviado con toda su armadura, como convenía a un noble, llevaba su espada y hasta un arcabuz. Su aparición causó entre los indios todavía mayor sorpresa que la de Molina, puesto que el sol arrancaba brillantes destellos del arnés y de las armas. Los intérpretes les habían contado mucho de la horrible arma de fuego; y rogaron al emisario la hiciera hablar para ellos. El resplandor del fogonazo, el fuerte estampido del arcabuz y el astillamiento de una tabla por efecto de la bala disparada, no dejaron de impresionar a los indios, de modo que los blancos pudieron estar por lo pronto bien seguros de que se les tendría un profundo respeto.

También Pedro de Candía, hombre de confianza de Pizarro, describió el templo como totalmente cubierto de planchas de oro y plata, informando también que la fortaleza estaba rodeada por una triple hilera de murallas. Vio el convento de las Vírgenes del Sol, de creación incaica relativamente reciente; y encontró allí muchas reproducciones plásticas de frutos, que no eran sino objetos de arte similares a los que en la actualidad se encuentran en muchos museos representando el estilo tardío de los chimúes. Muy importante es también que durante su estancia en la ciudad pudiese comprobar Candía la existencia de una tupida red de conducciones de agua, que garantizaba un suministro perfecto, lo cual coincide totalmente con la información que se ha recogido de las excavaciones hechas en otras ciudades, sobre la época final de la cultura chimú.

Cuando en 1532, volvieron los españoles a Tumbes, ahora como conquistadores, estaba la ciudad casi totalmente destruida con la excepción de muy pocos edificios. El gran templo y la fortaleza habían sufrido grandes estragos; y estaban completamente desprovistos de su decoración interna. Las gentes de Tumbes habían estado, una vez más, en guerra con los habitantes de la isla de Puna, sus eternos enemigos. Los soberanos de esta isla eran los Tumpala o Tumala, que consiguieron mantenerse en cierto modo independientes hasta 1570, o sea ya en tiempos de la dominación española; les había favorecido la poca importancia de su isla y su infatigable belicosidad. Salazar de Villasante cita, hasta en 1573, a don Diego Tómala y a su hijo como soberanos de la isla, hablando de ellos como de buenos cristianos.

En toda la región no predominaba la lengua mochica como idioma principal, sino un dialecto, que denomina Calancha, en un informe bastante impreciso, la “lengua sec”. Parece ser, sin embargo, que “sec” es un término del idioma tallan, hoy desaparecido, y no significa sino de un modo muy general “discurso” o “idioma”. Es muy frecuente, que, al interrogar a los indios, se obtenga de ellos una respuesta de carácter muy ambiguo en lugar de la expresión de un término concreto, debido ello, probablemente, a que muchas veces tienen que adivinar lo que quiere averiguar el interrogador. En la palabra “sec” se encuentra una raíz muy antigua, que aparece en torno al planeta en múltiples idiomas, y que significa “hablar”. En el alemán la encontramos en “sag-en” (decir). Como de toda esta lengua no se conservan, con cierta seguridad, más de cuarenta o cuarenta y cinco palabras, creemos que no merece la pena insistir más en ello.

Las gentes de Tumbes constituían un estado enclavado entre sus vecinos del Norte, pueblos belicosos, pero poco cultos, de la costa ecuatoriana, y los no menos guerreros, pero civilizados súbditos de los chimúes, en el Sur; y por esta razón habían logrado mantener siempre cierta independencia, hasta en el Imperio de los incas. Conservaban rígidamente sus viejas costumbres y usanzas y eran un pueblo de los trópicos, todavía bastante salvaje y agresivo. Los soberanos entretenían a muchos bufones, cantores y danzarines en su corte; no eran raros los vicios perversos; y se realizaban en su país más sacrificios humanos que en el territorio chimú, propiamente dicho. Estos habitantes de las regiones fronterizas eran, sin embargo, agricultores muy laboriosos y muy conocidos por su habilidad en el arte de tejer.

Aunque en tiempos del mayor esplendor de su Imperio fuese el chimú de Chan-Chan el soberano teórico de Tumbes, puede decirse que su verdadera autoridad empezaba en los densamente poblados valles de los caudalosos ríos Chira y Piura, situados inmediatamente más al Sur. El último de ellos recibe en su curso superior el nombre de río Huarmaca y en su desembocadura el de río de Sechura. En estos valles los hallazgos arqueológicos constituyen una prueba irrefutable de la enorme influencia que tuvo allí la cultura de Chan-Chan en su fase más tardía.

En el valle del Chira, lo mismo que en el del Piura se encuentran las primeras pirámides, hechas de adobes, material tan característico para la arquitectura chimú. El río de Chira tiene su origen en territorio ecuatoriano. Procede de los dos lagos Mamayacu y Huaringas, y desemboca en el mar a unos 20 Km. al norte de Paita, siendo tan caudaloso que su curso inferior es navegable.

La parte meridional del curso superior del Chira lleva en la literatura más antigua el nombre de río de Quiroz, apareciendo señalado en los mapas más modernos como río de Quiroy, lo cual es, en esencia, la misma denominación que tiene su curso inferior; mientras que otro brazo más septentrional de su curso superior, recibe, después de la bifurcación de los valles, el nombre de río Catamayo. Entre estos dos ríos se encuentra, en el antiguo valle de Quiroz, la llamada Huaca de Chira, cerca de Sujo (mapa núm. 1).

Era esta la residencia de uno de los doce soberanos, sobre los que también existe una leyenda en el valle del Chira. La longitud de su base es de 120 metros, de Norte a Sur, y de unos 90 metros de Este a Oeste. Desde la terraza superior de esta pirámide triescalonada, debe haberse ofrecido un panorama maravilloso en tiempos de los chimúes, puesto que a sus pies se abre el fértil y amplio valle, teniendo como fondo la silueta de la cordillera de Amotape o La Brea, que se recorta en la lejanía contra el cielo.

La pirámide está construida de adobes mezclados con tierra. En la tercera plataforma se encuentran curiosos restos de muros, que se estrechan fuertemente hacia arriba y que repiten, por tanto, en pequeño, la tendencia de toda la construcción. Tienen en su base una anchura de más de tres metros y alcanzan una altura de apenas cinco. Originalmente estaban estos muros pulcramente recubiertos de argamasa o arcilla, sobre la que todavía se conserva, aunque muy desgastada, una pintura de tintes azules. Posteriormente se los tapó con grandes cantidades de ladrillos toscos, por lo que finalmente aparecía también la tercera terraza, igual que el resto de la huaca, constituida uniforme y firmemente de una mezcla de adobes y tierra.

En toda la costa se repite con mucha frecuencia este brutal recubrimiento de obras anteriores, que los convierte en un montón artificial de tierra. Los nuevos soberanos nunca se mostraron interesados por conservar lo existente, pues solo aspiraban a que imperase su original estilo, manifestando así audazmente la voluntad de su propio deseo de existir. Esto sucede siempre en todas las culturas verdaderamente originales.

En toda la región se han descubierto obras de cerámica del estilo primitivo, que demuestran que estas tierras se encontraron, ya en las épocas más antiguas, bajo la influencia de los chimúes. La mayor parte de los hallazgos pertenece, sin embargo, al estilo tardío, que celebra luego, en la región de Lambayeque, verdaderos triunfos. En diferentes colecciones particulares existentes en Piura, la primera ciudad fundada por los españoles en el Perú, se encuentran también varias vasijas halladas en los alrededores de aquel lugar, fabricadas de arcilla roja, pero con cuello blanco, sobre la que se ha pintado, con un tono pardo negruzco la ornamentación que llamamos cursiva. El resto de la cerámica pertenece al estilo tardío típico, de un solo color, que, en este caso especial, tiene el cono rojo oscuro de la arcilla fuertemente cocida. Estos ejemplares son muy frecuentes, porque en ambos valles vivía una población numerosa, en los últimos tiempos del Imperio.

Para completar nuestra descripción, queremos señalar que entre los hallazgos se encuentran también algunos pertenecientes al estilo de Chavín, que han sido objeto de muchas polémicas en la literatura. Esto no debe sorprendernos, sin embargo, si se tiene en cuenta lo que se dijo en la página 92 sobre la importancia de este estilo en el Imperio chimú, y se observa en el mapa que el río Quiroy penetra profundamente en la cordillera, donde ofrecía condiciones favorables para una colonización.' Una influencia semejante de elementos estilísticos y el trasiego de toda una serie de objetos de cerámica, procedentes de la Ceja de la Costa, se repite en el siguiente río, que penetra más profundamente en las montañas, el Jequetepeque, y en el valle de Pacasmayo, asociado al mismo (mapa núm. 2).

Como el estilo tardío se manifiesta en esta región fronteriza en forma de numerosos objetos de cerámica, lo describiremos, a continuación detalladamente como colofón de este capítulo. El estudiarlo en primer término lo consideramos tanto más justificado cuanto que tiene sobre el estilo primitivo o el arte maduro una gran nitidez realista y pocas pretensiones simbolizantes.

La forma netamente abombada, que descansa plenamente sobre su base, expresa de modo inequívoco en el arte tardío que con ello se quería albergar en el recipiente la mayor cantidad posible de líquido. Por lo demás, queda de manifiesto el agotamiento de la capacidad ornamental de una época cultural en trance de acabarse. Las paredes de las piezas de cerámica se cubren muchas veces con un sistema de formas que muestra todavía un curioso nexo con los antiguos símbolos, pálidamente reflejados por una ornamentación puramente naturalista, que se manifiesta con imágenes estilizadas de plantas y animales.

Todo infunde una sensación de pesadez que contrasta con la ligereza y finura de líneas que caracteriza las obras de las fases anteriores. El conjunto es fuerte y pujante, mostrando únicamente una mediana cohesión en un perfil difuso y pintoresco. Predominan las formas de recipientes cerrados; y faltan, casi por completo, las fuentes abiertas que ofrecen libremente a la vista su contenido. Estas están reservadas al arte de los incas y pertenecen al estilo de Cuzco, de características muy diferentes. La forma de los recipientes es tan pesada como apagado su colorido. La arcilla no tiene el adorno de una pintura multicolor, sino que su superficie se recubre solamente de una especie de esmalte, que consiste, según las investigaciones químicas, en una masa muy similar al material empleado en todo el conjunto. Se distingue solamente de este en que aumenta su contenido en carbono, siendo este elemento el que contribuyó a que concluyera el proceso de oxidación en la superficie de esas piezas.

Los ejemplares de cerámica pardo-rojizos que se encuentran en esta región fronteriza se parecen, con excepción del color, a todos los demás que forman parte del estilo tardío y que son, predominantemente, de color negro. Lo más conveniente es clasificarlos todos bajo el concepto de cerámica monocolor. Su carácter es tan marcado, que se la reconoce inmediatamente en toda colección de antigüedades peruanas. La mayor parte de ellas consiste en arcilla negra, de la que se destacan, casi siempre, las figuras y los adornos en forma de relieve (láminas XXIII y XXIV).

Esta arcilla negra, de color gris oscuro o pardo-rojizo, resiste en la cocción elevadas temperaturas, porque contiene generalmente bastante grafito o materias similares. La proporción de silicio asciende, casi siempre, a más del 60 por 100; la del aluminio oscila entre el 10 y el 20 por 100. El hierro está presente en un 4 al 9 por 100, mientras que el magnesio, el potasio y los carbonates importan menos del 10 por 100; y solo hay indicios de manganeso y níquel.

Por otro lado, es cierto que la cerámica monocolor era conocida también por los chimúes primitivos, y que se fabricó en la costa septentrional durante muchos siglos. Entre el material más antiguo se encuentra en una proporción del 3 al 5 por 100, mientras que asciende al 75 por 100 en el estilo tardío. En muchos de los hallazgos esta proporción facilita la determinación de la época cultural a que pertenecen.

Muy característicos del estilo chimú tardío son los recipientes unidos entre sí por barras rectas; y lo es también el predominio de botellas dobles sibilantes, que recibieron de los españoles el nombre de chifladuras. También se encuentran, en ocasiones, en los objetos del estilo primitivo, debiéndose situar entonces en curioso paralelismo con los que se han hecho en Centroamérica en la región zapoteca y en Guatemala.

En los últimos siglos que precedieron a la conquista estuvieron muy difundidos en toda la costa peruana. En las formas más diversas de la cerámica, pero preferentemente en las cabezas de monos y papagayos, o sea de animales imitadores del hombre, se encuentran practicados orificios que producen un sonido sibilante o un gorgoteo cómico, cuando vierte de ellos el agua por un lado, entrando, por consiguiente el aire por el otro extremo. Sería interesante conocer la opinión de aquellos que sostienen que toda esta cerámica estaba destinada a acompañar a los muertos en las tumbas, respecto a estos efectos tan curiosos, que no pudieron ser inventados sino para que se manifestasen en el empleo de los utensilios en la vida cotidiana.

En el arte plástico tardío se representa al hombre muy raras veces; aparecen casi siempre solo formas de animales, frutos y plantas. A consecuencia de la generalización cada vez mayor del tráfico, se inclina este estilo tardío, en su conjunto, a adoptar formas más meridionales, entre ellas los pitorros dobles de los recipientes de Nazca, unidos solamente por un asa (láminas XLV, arriba, y XLVII). En la zona de transición de la parte central de la costa cambian los tubos su forma antigua y armónica, alargándose, aunque con ello pierdan bastante de su belleza. El gusto por la repetición de las formas lo heredó el estilo tardío del primitivo. Se revela en los recipientes dobles y múltiples, que se encuentran acoplados unos a otros o sobre otros de las maneras más dispares, sin que tengan, sin embargo, la expresión tan enfática de la época primitiva, pues han perdido mucho de su esencia y de su intuición artística.


Mapa Nro. 01  

 

Texto proveniente de:
Arte y cultura preincaicos.  Un milenio de imperio chimú
Hermann Leicht
Madrid, Aguilar, 1963, págs, 121-131 

 


 

 

sábado, 20 de marzo de 2021

Revista del Museo Nacional (1932 al presente)


La revista del Museo Nacional del Perú se empezó a publicar en 1932, bajo la dirección de Luis E. Valcárcel. Se  publicó con periodicidad anual regular hasta los años 80, en que dada la convulsa situación política, comienza a tener prolongados recesos.  A pesar de ello, la edición de la revista ha mantenido una continuidad hasta el presente.

Sus secciones académicas están conformadas por 3 áreas principales: a)  Arte peruano,  b) Antropología,  c)  Historia.  Se fueron sumando también artículos de otras aréas como arqueología, lingüística, filosofía.

El Museo Nacional editó otras publicaciones como el Boletín del Museo Nacional, el Catalogo del Museo Nacional y los Cuadernos Educativos.

Los artículos de la Revista son importantes, pues muchos trabajos han sido versiones preliminares de libros que años después, son considerados indispensables para las ciencias sociales del país.





Tomo I (1932)

1. Arte antiguo peruano:
I) Vasos de madera del Cuzco
II) El personaje mítico de Pukara, por Luis E. Valcárcel.
III) Las falcónidas en el arte y en las creencias de los antiguos peruanos, por Eugenio Yakovleff.
IV) Música, por Theodoro Valcárcel.
V) La deidad primitiva de los Nasca, por Eugenio Yacovleff.

2. Arqueología:
I) Una exploración en Cerro Colorado, por E. Yacovleff, J. C. Muelle, M. O'Neale, P. Weiss.

3. Historia:
I) La entrega del oriente peruano a la Gran Colombia fue ambición y empeño del Libertador Bolívar, por Emilio Gutiérrez de Quintanilla.


- Tomo II-1 (1933)

1. Filologia quechua:
I) Botánica etnologica, por Fortunato Herrera
II) Algunas raíces keswas, por Luis E. Valcárcel.

2. Arqueología:
I) Esculturas de Pikillajta, por Luis E. Valcárcel.

3. Arte antiguo peruano:
I) La jíquima, raíz comestible extinguida en el Perú, por Eugenio Yacovleff.
II) Lo táctil como carácter fundamental en la cerámica muchik, por Jorge C. Muelle.
III) Necrología, por Antonio Lorena.


- Tomo II-2 (1933)

1. Historia:
I) Final del Tawantisuyu, por Luis E. Valcárcel.

2. Arte antiguo peruano:
I) Incahuasi. Ruinas incaicas del valle de Lunahuaná, por Emilio Harth-There.
II) Últimas exploraciones en el Perú [en francés], por Général Louis Langlois.
III) Resultados de un viaje de exploración arqueológica al Perú, por U. Doering.
IV) Arte plumaria entre los antiguos peruanos, por Eugenio Yacovleff.
V). Folklore de la Provincia de Canta, por Pedro Villar Córdova.


- Tomo II-3 (1933)
1. Historia:
I) Ojeada I comentario sobre la Historia Militar del Perú escrita por el Teniente Coronel D. Carlos Dellepiane, por Emilio Gutierrez de Quintanilla.
II) Algunos antecedentes históricos de la anarquía producida en el Perú republicano, por Emilio Gutierrez de Quintanilla.


- Tomo III-1/2 (1934)

1. Arqueología:
I) Sajsawaman redescubierto, por Luis E. Valcárcel.
II) Filología quechua, por Fortunato L. Herrera.
III) Un fardo funerario de Paracas, por E. Yacovleff y C. Muelle.
IV) La tendencia a la "simetría dinámica" en la forma aribalo de la cerámica del Cuzco, por Héctor Greslebin.
V) Notas críticas sobre "Coricancha" de Lehmann-Nitsche, por Macedo y Pastor.
VI) Recientes exploraciones arqueológicas en el Perú. Las ruinas de Churajón o Sawaka (Arequipa), por G. Suárez Polar.
VII) Primer informe sobre los trabajos arqueológicos que se verifican en el Departamento del Cuzco, por Luis E. Valcárcel.
VIII) La flor nacional del Perú: Chinchircuma.
IX) Necrología, por Jorge Guillermo Leguia.


- Tomo III-3 (1934)

Suplemento: La fundación de Lima.

1. Arqueología:
I) Los trabajos arqueológicos en el Departamento del Cusco, Luis E. Valcárcel.
II) Puno arqueológico, por Julián Palacios.

2. Botánica etnológica:
III) El mundo vegetal de los antiguos peruanos, por E. Yacovleff y L. Herrera. IV) Necrología, por Eugenio Yácovleff.


- Tomo IV-1 (1935)

1. Arqueología:
I)Homenaje a Max Uhle, por Luis E. Valcárcel.
II)Trabajos arqueológicos en el departamento del Cusco y Cerámica y litoesculturas de Pukara (Puno), por Luis E. Valcárcel.
II)El mundo vegetal de los antiguos peruanos (conclusión), por L. Herrera y E. Yacovleff.
IV) Jatun Mallka, por Carlos Noriega.
V) Cuzco-Tiahuanacu, por Fritz Buck.
VI) Dos obras históricas de gran importancia para el Perú, por A. Means.
VII) Nueva comprobación de la sorprendente larga vida de los microbios, por B. Lipman.
VIII) La flora en el departamento del Cuzco, L. Herrera.
IX)Restos hallados en una tumba de Nievería, por Jorge Muelle.
X)Necrología, por Emilio Gutiérrez de Quintanilla.


- Tomo IV-2 (1935)

1. Los trabajos arqueológicos en Cusco:
I) Sajsawaman redescubierto (IV) y Por los monumentos del Cusco. Un viaje reciente, por Luis E. Valcárcel.
II) Nota polémica: Cusco-Tiawanako, por Philip Means.
III)Janan Kosko, por José Franco Hinojosa.

2. Mitología peruana:
IV) Una travesura de Pariacaca (Perú) y del Lobo Mágico (Norteamérica), por Lehmann Nitsche.

3. Arqueología:
V) Informe sobre las ruinas de Tanka-Tanka, por E. Vásquez, A. Carpio y Daniel Velazco.
VI) Pequeñas prendas ceremoniales de Parakas, por Lila M. O'Neale.
VII)Antonio Raimondi. Su labor botánica, por L. Herrera.


- Tomo V-1 (1936)

I)  Homenaje al profesor Max Uhle en su 80 aniversario, por Luis E. Valcárcel.
II) The techniques of peruvian hairnets [Las técnicas de las redesillas peruanas], por Ernestine Singer.
III) Belts and girdles of the Inca's sacrificed women [Cinturones y fajas de las mujeres sacrificadas del Inca], por H. Newell Wardles.
IV) La prehistoria peruana en 1934-1935, por Luis E. Valcárcel.
V) Fauna monumental prehistórica del macizo colombiano, por Federico Lunardi. VI)Chalchalcha (un análisis de los dibujos muchik), por Jorge C. Muelle.
VII) El Perú: Botánica. Del itinerario de viajes del profesor Raymondi, por L. Herrera.


- Tomo V-2 (1936)

I) Trabajos arqueológicos en el Departamento del Cuzco. Ollantaytambo, por Luis A. Llanos.
II) Exploraciones arqueológicas en el Perú, departamento de Puno, por J. Franco Inojosa y Alejandro González.
III) El huácharo, por Agustín J. Badaracco.
IV) El solanum tuberosum a través del desenvolvimiento de las actividades humanas, por César Vargas. V) El Perú: Botánica (conclusión), por L. Herrera.


- Tomo VI-1 (1937)

 I) Los valles de Trujillo, por Jorge C. Muelle.
II) Las causas de las enfermedades nerviosas en el antiguo Perú.
III) Ciudadelas chullparias de los Wankas, por Carlos Gutiérrez Noriega.
IV) Las ruinas de Kachakacha, por Emilio Vásquez.
V) Los estudios peruanistas de 1936, por Luis E. Valcárcel.
VI)Trabajos arqueológicos en el departamento del Cusco, por Franco Inojosa y Alejandro González.
VII) Notas antropológicas, un articulo inédito, por Lorena.
VIII)Las ruinas de Cochasqui y una carta, por Max Uhle.
IX) Botanistas a fines del siglo XVIII: primeros escritos de vulgarización cientifica, por L. Herrera.
X) Estilos culturales del perú prehispánico, por Juan Delgado.
XI) Filogenia de la Estela Raimondi, por Jorge C. Muelle.
XII) La expedición cientifica de Ruíz y Pavón, por F. Herrera.
XIII) Las orquideas de la provincia de Moyobamba recolectadas por el profesor Serafín Filomeno, por F. Herrera. XIV)Un valioso hallazgo arqueológico en el Perú, por Luis E. Valcárcel.


- Tomo VI-2 (1937)

XV) El Museo Nacional y la exposición de París, por Luis E. Valcárcel.
XVI) L'Empire des Incas au pauvillon du Pérou [en francés], por León Kochnitzky.
XV) Janan Kosko II, por José María Franco Inojosa.
XVI) Habla de los Intihuatanas, por J. Wagner.
XVII) La sangría (estudio histórico), por Juan Lastres.
XVIII) Informe sobre los restos arqueológicos de las cabeceras del Paucartambo, por José María Franco Inojosa.
XIX) Sillustani: una metrópoli pre-incásica, por Emilio Vásquez.
XX)Exploraciones botánicas en el Perú, por F. Herrera.


- Tomo VII-1/2 (1938)

I) El patrimonio arqueológico, por Luis E. Valcárcel.
II) Los estudios peruanistas en 1937, por Luis E. Valcárcel.
III) Paramonga, por Louis Langlois.
IV) Precursores de los estudios botánicos en el departamento del Cusco, por F. Herrera.
V) L'emploi des minerais ferreux dans l'Amérique precolombine [en francés], por Alberto Clément.
VI) Clasificación técnica de los tejidos antiguos del Perú, por Benjamin de la Torre.
VII) Necrología, por Roberto Lehmann.
VIII) Libros y revistas, notas de Juan Lastres.


- Tomo VIII-1 (1939)

I) Garcilaso el Inca, por Luis E. Valcárcel.
II) New archaeological site at San Blas, Junín, Perú, por Gladys Ayer Nomland.
III) La religión de los antiguos peruanos, por Luis E. Valcárcel.
IV) Etimología de algunos nombres vernaculares de plantas indigenas en el departamento del Cuzco, por Fortunato Herrera.
V) Ultimas contribuciones al estudio de la papa, por Cesar Vargas.
VI) Hegemonía Chanca, por Américo Vargas.
VII) Ruinas arqueológicas de Puno. Quitimpu, por Emilio Vásquez.
VIII) Ensayos sobre la música nasca, por Andrés Sas.
IX) Inscripciones calendarias del Perú preincaico, por Fritz Buck.
X)Necrología, por Walter Lehmann. XI)Necrología, por Víctor Larco Herrera.


- Tomo VIII-2 (1939)

I) Sobre el origen del Cusco, por Luis E. Valcárcel.
II) Investigaciones arqueológicas en el Valle del Utcubamba, por Louis Langlois.
III) Arqueología del Cusco: Ruinas de Chamankalla, Quillarumi, Yunkaracay y Salakaka, por Franco Inojosa y Alejandro González.
IV) Las pinturas del Templo de Pachacámac, por Jorge Muelle y Robert Wells.
V) Características fonéticas del Chinchaysuyu de Ancash, por Eugenio Garro.
VI) El angelote visto por el artista mochica, por Agustín Badaracco.
VII) La medicina en las obras de Garcilaso, por Juan Lastres. 


- Tomo IX-1 (1940)

I) Espejos precolombinos del Perú, por Jorge Muelle.
II) La fauna regional en el totemismo de los antiguos peruanos, por A. Badaracco.
III) Sajsawaman: una excavación en Muyumarca, por Franco Inojosa y Luis Llanos.
IV) Utcubamba (continuación), por Louis Langlois.
V) Plantas que curan y plantas que matan de la flora del departamento del Cuzco, por Fortunato Herrera.
VI) Informe sobre los trabajos arqueológicos de la Misión Kidder, por Franco Inojosa.
VII) Itinerario arqueológico del Kollao, por Emilio Vásquez.


- Tomo IX-2 (1940)

VIII) El virrey Toledo, gran tirano del Perú. Una revisión histórica.
IX) Algunas ideas para la protección de la arqueología en el Perú, por Philip Ainsworth Means.
X) Un kipu moderno procedente de cutusma, Bolivia, por Max Uhle.
XI) Utcubamba (conclusión), por Louis Langlois.
XII) Quihuicha (polemica con Cook), por J. Herrera.
XIII) Comisión cientifica del Pacifico 81862-1865), por J. Herrera.
XIV) Terremotos, hospitales y epidemias de Lima Colonial, por Juan Lastres.
XV) La indumentaria en el Perú precolombino, por Edda Renouf.
XVI)Notas arqueológicas. Una excursión al norte del Perú, por J. Garro. 

- Tomo X-1 (1941)

I) El yauri, insignia incaica, por Luis E. Valcárcel.
II) Acerca del problema de un estilo Chimú medio, por H. Disselhoff.
III) Eduardo Poeppig, por F. Herrera.
IV) Investigación de la flora del Cuzco y estado actual de nuestros conocimientos acerca de ella, F. Herrera.
V)La medicina en la obra de Guamán Poma de Ayala, por Juan Lastres.


- Tomo X-2 (1941)

VI) Enumeración de algunos nombres quechuas atendiendo a su sílaba terminal, por F. Herrera.
VII) Quichua phonetics. A shorcut to the scientific writing of the language of the Incas of Perú, por John Harrington y Luis E. Valcárcel.
VIII) La clave del lenguaje quechua del Cusco, por J. Farfán.
IX) Exploraciones arqueológicas en Quimsarumiyoc y Huaccanhuayco (Calca), por Luis Llanos.
X) Monografía de Ancash: Nepeña (Provincia de Santa), por Augusto Soriano Infante.
XI) Simon Guggenheim y la Fundación de Becas para científicos, escritores y artistas de toda la América, por J. Garro.
XII) Ensayos de Antropología física. Los antiguos pobladores del Cuzco (Región de Calca), por Sergio Quevedo.
XIII) Notas bibliográficas. Algunos libros franceses, por F. Garro.
XIV)Luis E. Valcárcel. Arqueología Argentina, 4 viajes de estudio, por Fernando Márquez Miranda.


- Tomo XI-1 (1942)

I) Cerámica paleteada de Lambayeque, por Kroeber y J. Muelle.
II)Plantas endémicas domesticadas por los antiguos peruanos, L. Herrera.
III) Supay (sentido de la manera autótocna), por Carlos D. Valcárcel.
IV) Fritz Graebner y el método etnológico, por Federico Schwab.
V) Las pictografías indigenas, por astor Ordoñez.
VI) Los antiguos pobladores del Cuzco, región de Calca (conclusión), por Sergio Quevedo.
VII) Españoles e indios. Las dos herencias, por Robert Redfield.
VIII) La clave del lenguaje quechua del Cuzco (continuación), por J. Farfán.


- Tomo XI-2 (1942)

VIII)Los caciques Apoalaya, por Dumber Temple.
IX) Plantas tropicales cultivadas por los antiguos peruanos, por L. Herrera.
X) Sillustani, una Metrópoli Incaica, por Luis Pardo.
XI) Neurópatas y psicópatas ante el Tribunal del Santo Oficio, por Juan Lastres.
XII) Las ruinas de Ccorihuayrachina, por Luis Llanos.
XIII) Leyendas Machiguengas, por Luis Llanos.
XIV) Dos ceramios paleteados, por Jorge Muelle.
XV) Necrología, por Daniel Alomia Robles.


- Tomo XII-1 (1943)

I) La agricultura entre los antiguos peruanos, por Luis E. Valcárcel.
II) La trepanación incana en la región del Cusco, por Sergio Quevedo.
III) Antiguedad y origen de las Ruinas de Tiahuanaco [versión también en alemán], por Max Uhle.
IV) Mates peruanos [Aréa Huaral-Chancay], por Arturo Jimenez y Hermógenes Colan.
V) Medicina aborigen peruana, por Juan Lastres.
VI) La antigua ciudad de Huadca, por W. Middendorf.
VII) Los pukullos de Huayanay, por Victor Navarro.
VIII) Hallazgo en el Cusco, por Luis Llanos.
IX) La lengua quechua y Una leyenda del zorro en sus versiones quechua, castellana e inglesa, por F. Farfán.
X) Origen del hombre americano, según Walter Krieckeberg, por F. Wagner.


- Tomo XII-2 (1943)

XI) Cultura de pueblos agrícolas, por Luis E. Valcárcel.
XII) Sinonimias vulgares de los nombres vernaculares de las plantas del Cuzco, por F. Herrera.
XIII) La trepanación incana en la región del Cusco (continuación), por Sergio Quevedo.
XIV) Cosco, por Carlos Auza Arce.
XV) Valle del Cuzco. Toponimias y etimologias, por Enrique Castro.
XVI) El quechua bibliográfico y Una leyenda del mes de agosto en sus versiones quechua, castellana e inglesa, por J. Farfán.
XVII) Necrologías, autores varios.


- Tomo XIII (1944)

I) Medicina aborigen puneña, por José Marroquin.
II) El cráneo deformado de los antiguos aimaras, por José Marroquin.
III) La trepanación incana en la región del Cusco, por Sergio Quevedo.
IV) Geografía Titikaka, los Chokelas, por Emilio Vasquez.
V) Chaingavane: el Pongo del Mainiqui y los petroglifos, por Fidel Pereira.
VI) La laguna de Quingray Quero, por Juan Rocha.
VII) Huañacauri, En pos de raíces quechuas y Lima capital, la voz primera fue Limac, por Carlos Auza Arce.
VIII) Cantos quechuas de Ancash, por J. Farfán.
IX) Coreografía Titikaka, por Emilio Vasquez.


- Tomo XIV (1945)

I) La asistencia social entre los Incas a través de la obra de Guamán Poma de Ayala, por José Marroquin.
II) Las curaciones por las fuerzas del espíritu en la medicina aborigen, por Juan Lastres.
III) Texto y glosario quechua, por J. Farfán.
IV) La trepanación incana en la región del Cusco, por Sergio Quevedo.
V) Los sufijos en la Toponimia, por Carlos Auza Arce.
VI) El estudio de comunidades, por Gabriel Escobar.
VII) Sipas-Tarina o ciertas formas de cortejar a la mujer quechua, por J. Farfán.
VIII) La chicha en el distrito de San Sebastián, por Jorge Muelle.
IX) La chicha en el distrito de San Sebastián y Pacarectambo (apuntes de viaje), por Jorge Muelle.
X) Necrologías.


- Tomo XV (1946)

I) Política y etnología (I), por Luis E. Valcárcel.
II) Particularidades antropológicas del indigena puneño, por José Marroquin.
III) Algunos problemas modernos de la Medicina Incaica.
IV) Terminología sobre asuntos arqueológicos, por Carlos R. Margain.
V) Proyecto de investigaciones andinas para el Valle de Viru, por Gordon Willey.
VI) Fabricación de tejas en el distrito de San Sebastian, por Oscar Nuñez del Prado.
VII) Geografía puneña, la pandilla, por Emilio Vasquez.
VIII) La danza en el antiguo Perú [época Inca], por Arturo Jímenez Borja.
IX) Un diccionario Yunga, por Jorge Zevallos Quiñones.
X) Tucuman, por Carlos Auza Arce.
XI) Tupe (nota de viaje), por J. Farfán.


- Tomo XVI (1947)

I) Dioses y templos incaicos protectores de la salud, por Juan Lastres.
II) Fundamentos de la lengua Kkechuwa. La analogía  y Diccionario Kkechuwa-español [apéndice], por Jorge Lira.
III) Colección de textos quechuas del Perú central, por J. Farfán.
IV) Fonética del aguaruna [método awajun], por Rogelio Winans.
V) Textiles del antiguo Perú [notas preeliminares], por Hans Nevermann.
VI) Una investigación sobre tejidos de punto pre-colombinos, por Patricia Powers Singer.
VII) Arqueológos y etnologos nortemaericanos en el Perú, por Luis E. Valcárcel.
VIII) Necrología.


- Tomo XVII (1948)

I) El alimento en el antiguo Perú, por Luis E. Valcárcel.
II) Mate peruano, por Arturo Jimenez Borja.
III) El estudio del indigena, por Jorge Muelle.
IV) El rol de Nasca, Jaqui y Acarí en el Imperio de los Incas, por Carlos Auza Arce.
V) Primitivas lenguas de la costa, por Jorge Zevallos Quiñones.
VI) Colección de textos quechuas del Perú central, por J. Farfán.
VII) Los productos textiles del Perú antiguo, por William Holmes.
VIII) El Ullaricuy, por José Sabogal Wiesse.
IX) Bibliografías y necrologías. 


- Tomo XVIII (1949)

I) Supervivencias precolombinas en el Perú actual, por Luis E. Valcárcel.
II) Estudio sobre los lamistas, su grupo sanguineo. Algunas pruebas psicotecnicas, por Pedro Weiss.
III) Hacía una concepción psico-antropológica de la medicina arcaica peruana, por Juan Lastres.
IV) Santo Domingo de Sicaya, por Emilio Vasquez.
V) El toril, por Fortunato Santiváñez [melodía]. VI)Colección de textos quechuas del Perú central [continuación], por J. Farfan.
VII) Danza Kkechuwa de los Kkanchis, por Jorge Lira.
VIII) Las investigaciones antropológicas en el Perú durante el año 1949 [notas], por Jose Matos Mar.
IX) Conferencias.


- Tomo XIX-XX (1950-1951)

I) El museo de la cultura peruana, por Luis E. Valcárcel.
II) El tambor semiotico, por J. Pawlik.
III) Instrumentos musicales peruanos, por Arturo Jimenez Borja.
IV) Colección de textos qeuchuas del Perú central [conclusión], por J. Farfan.
V) Danzas indigenas, por Jorge Lira.
VI) Los chunchos, por Emilio Vasquez.
VII) Los kipus modernos de la comunidad de Laramarca, por Froilan Soto Flores.
VIII) Mitología amazónica. Leyenda carziba [aparición del Inca], por Abner Montalvov.
IX) Un proyecto de Antropología aplicada en el Perú, por Holmberg y Vásquez.
X) Congresos y conferencias.
XI) Notas.
XII) Necrologías.

- Tomo XXI (1952): I)Fechas del radiocarbono para sud-América, por Junius Bird. II)Determinación de la edad de los materiales arqueológicos con la ayuda del Carbono Radioactivo, POR Jo Nordmann. III)Investigaciones de superficie en Caldera [valle de Huaura], por Louis Michael Stumer. IV)Crestas papilares y dactilogramas en una momia de más de 2.400 años, por Julián Villar Perez. V)Diccionario Kkechuwa español [apéndice 2], por Jorge Lira. VI)El ciclo vital en la Comunidad de Tupe, por Rosalía Avalos de Matos. VII)Notas polémicas.


- Tomo XXII (1953)

I) El conocimiento científico de los pueblos del Perú, por Luis E. Valcárcel.
II) Las trepanaciones peruanas estudiadas como técnica y en sus relaciones con la cultura, por Pedro Weis.
III) El kechua y su expansión hacia el norte del imperio incaico [suroeste del que fué Nuevo Reyno de Granada, hoy República de Colombia], por Sergio Ortiz.
IV) Esquema para el estudio de Antroponimias quechuas, por J. Farfan.
V) Textos del haqe aru o kawki, por J. Farfan.
VI) El obispo D. Baltazar Jaime Martínez Compañón y la etnología del Perú a fines del siglo XVIII, por Richard Schadel y Jose Garrido.
VII) Mapas y planos del Perú, por Ruben Vargas Ugarte.
VIII) La comida en el antiguo Perú, por Arturo Jimenez Borja.
IX) Estudio de la comunidad de Muquiyauyo, por Richard Adams.
X) Invención o fiesta de cochabamba [Huancavelica], por Froilan Soto Flores.
XI) El proyecto Yauyos-Huarochirí, por Jose Matos Mar.
XII) La comunidad de Huarochirí, por Teresa Guillen Araoz.
XIII) La comunidad de San Pedro de Huancaire, por Eduardo Soler y Luis Basto.
XIV) Manco Capac: su Imperio y su simbolismo, por Americo Vargas Fano.
XV) A propósito del concepto de cultura, por Francois Bourricaud.
XVI) Bibliografías y notas informativas.
XVII) Necrologías.


- Tomo XXIII (1954)

I) Tradición, planeamiento y urbanismo, por Luis E. Valcárcel.
II) Contribución al estudio del bocio en el antiguo Perú, por Juan Lastres.
III) Textos del haqe-aru o hawki y Cronología quechua-aymara según el cálculo léxico estadístico, por J. Farfan.
IV) Viru. sobrevivientes de un pueblo excelso, por Allan Holmberg.
V) Proyecto Yauyos-Huarochirí [la agricultura en la comunidad de San Pedro de Huancaire], por Eduardo Soler.
V) Informe preliminar del estudio botánico de Tupe, por Emma Cerrate y Oscar Tovar.
VI) Algunas características originales de la cultura mestiza en el Perú contemporáneo, por Francois Bourricaud.
VII) Estudio y experimento antropológico en la Hacienda Vicos, por William Blanchard.
VIII) Acerca del estilo Chimú medio, por Jorge Muelle.
IX) Excavaciones en Wari, Ayacucho, Perú, por Wendell Bennett.
X) Antiguos centros de población en el Valle del Rimac, por Louis Stumer.
XI) Geometría y geografía humana en sudamérica, por Maria Scholten.
XII) Sobre la revolución de Tupac Amaru, por  Emilio Choy.
XIII) Notas informativas.
XIV) Proyecto Huarochiri-Yauyos, por Matos Mar, Julio Cotler y Francisco Boluarte.
XV) Valle del Mantaro, un estudio sobre cambio socio-cultural, por Elias Flores.
XVI) Bibliografías.


- Tomo XXIV (1955)

I) El imperio de los Incas y la unidad de la cultura andina, por Luis E. Valcárcel.
II) Fray Buenaventura de Salinas y Córdova. Su vida y su obra, por Warren Cook.
III) Geografía urbana del Perú, por John Cole.
IV) Estudio de un vocabulario de las lenguas quechua, aymara y haqe-aru, por J. Farfan.
IV) Diccionario kkechuwa-español [apéndice 3], por Jorge Lira.
V) La danza en el antiguo Perú [época pre-inca], por Arturo Jimenez Borja.
VI) Los vasos retratos de metal del Perú ¿como fueron elaborados?, por Dudley Easby.
VII) Los indios shipibo del río Ucayali, por Rafael Karsten.
VIII) Estratificación social en el Callejón de Huaylas, por William Mangin.
IX) Cambios en la estratificación social en una hacienda andina del Perú, por Mario Vásquez.
X) Problemática de los orígenes del hombre y la cultura en América, por Emilio Choy. XI)Notas bibliográficas. XII)Notas informativas.


- Tomo XXV (1956)

I) XXV aniversario y centenario de Max Uhle.
II) El "Memorial" del Padre Salinas, por Luis E. Valcárcel.
III) Fallecimiento de Jose Sabogal.
IV) Las antiguas civilizaciones del Perú frente a la arqueología e historia del continente americano, por Max Uhle.
V) Las ruinas de Chopijirca (Vicos, Ancash), por Federico Kauffmann Doig.
VI) Informe sobre las excavaciones en Chiribaya, por Humberto Ghersi.
VII) Informe sobre las excavaciones en Chiribaya [II], por Humberto Ghersi.
VIII) Yauyos, Tupe y el idioma Kauke, por José Matos Mar.
IX) Puquio, una cultura en proceso de cambio, por Jose María Arguedas.
X) La citua o coya raimi, fiesta purificadora del pecado-enfermedad, por Juan Lastres.
XI) El aymara o haqe-aru, por J. Farfan.
XII) Geometría y geografía humana en sudamérica [II La vara mágica], por Maria Scholten.
XIII) Problemas de paleoantropología, por Emilio Choy.
XIV) Necrología.


- Tomo XXVI (1957)

I) La vida rural en el Perú, por Luis E. Valcárcel.
II) Un español en las indias: Cieza de León, por Andre Coyne.
III) Estudios de nuestras lenguas indígenas, por Jose Farfa.
IV) Quechuismos. Su ubicación y reconstrucción etimológica, por Jose Farfan.
V) Diccionario Kkechuwa-Español [apéndice 4], por Jorge Lira.
VI) Evolución de las Comunidades indígenas [El valle del Mantaro y la ciudad de Huancayo. un caso de fusión de culturas no comprometida por la acción de las instituciones de origen colonial], por José Maria Arguedas.
VII) Trasfondo económico en la conquista española de América, por Emilio Choy.
VIII) La propiedad en la Isla de Taquile (Lago Titicaca), por José Matos Mar.
IX) Cerámica negra de estilo Maranga, por Louis Stumer.
X) Hallazgos de artefactos de piedra en el Perú y los problemas del poblamiento de América, por Gerhard Schroeder.
XI) Pinturas rupestres de Pizacoma, por Jose Franco Inojosa.
XII) Notas bibliográficas.
XIII) Notas informativas.


- Tomo XXVII (1958)

I) La etnohistoria del Perú antiguo, por Luis E. Valcárcel.
II) Contactos foráneos en la arquitectura de la Costa Central, por Louis Stumer.
III) Importancia de la reconstrucción e interpretación de antroponimias y voces culturales quechuas, por José Farfan.
IV) Quechuismos. Su ubicación y reconstrucción etimológica, por Jose Farfan.
V) Diccionario kkechuwa español [apéndice 5], por Jorge Lira.
VI) Del texto castellano de los "Comentarios reales" de Garcilaso Inca de La Vega.
VII) Prácticas funerarias en la Comunidad de Virú, por Humberto Ghersi Barrera.
VIII) Notas elementales sobre el arte popular religioso y la cultura mestiza de Huamanga, por José Maria Arguedas.
IX) De Santiago Matamoros a Santiago mata-indios, por Emilio Choy.
X) Dos documentos sobre obrajes de Huamanga, por Emilio Mendizabal Losack.
XI) Necrologías.


- Tomo XXVIII (1959)

I) Símbolos mágicos-religiosos en la cultura andina, por Luis E. Valcárcel.
II) Quechuismos. Su ubicación y reconstrucción etimológica, por José Farfan.
III) Diccionario Kkechuwa-español [apéndice 6], por Jorge Lira.
IV) La estructura del quechua [dialecto cuzqueño}, por George Dumézil.
V) Esquema arqueológico de la Sierra central del Perú, por Luis G. Lumbreras.
VI) El indígena y el mestizo en la comunidad de Marcará, por Humberto Ghersi.
VII) Vicos. Las fiestas en la integración y desintegración cultural, por Hector Martínez Arellano.
VIII) Cofradía y compadrazgo en España e Hispano América, por George Foster.
IX) Notas bibliográficas.
X) Notas informativas.


- Tomo XXIX (1960)

I) El Perú, paraíso del antropólogo, por Luis E. Valcárcel.
II) Dichos y refranes quechuas. Inclusive algunos en Lengua Aymara, por José Farfan.
III) Diccionario kkechuwa-español [apéndice 7], por Jorge Lira.
IV) El indígena y el mestizo en la Comunidad de Marcará [continuación], por Humberto Ghersi.
V) Vicos. los hábitos alimenticios, por Hector Martínez Arellano.
VI) Los indígenas Machiringas [Ríos Apurímac-Ene], por José Sabogal Wiesse.
VII) Los quechuas contemporáneos, por Bernard Mishkin.
VIII) Espacio y cultura en los Andes, por Luis G. Lumbreras.
IX) Sobre domesticación de plantas en América, por Emilio Choy.
X) Jauja, Huancayo y Tarma en "Los comentarios Reales", por Clodoaldo Espinosa Bravo.
XI) Notas arqueológicas.
XII) Necrologías.


- Tomo XXX (1961)

I) El Estado Imperial de los Incas, por Luis E. Valcárcel.
II) Diccionario Conciso. Castellano-haqearu-quechua, por Jose Farfan.
III) De la amante del Cóndor [versión del cuento en quechua-español].
IV) Problemas en el salvamento del lenguaje para la prehistoria y Problemas en el salvamento del lenguaje para la prehistoria, por M. Swadesh.
V) La asociación de la Uta y verruga peruana en los mitos de la papa, figurados en la cerámica moshica y shimu, por Pedro Weiss.
VI) Cerámica pintada pre-Chavín de la costa central del Perú.
VII) La noche y el sueño en el antiguo Perú, por Arturo Jimenez.
VIII) El indígena y el mestizo en la comunidad de Marcará [conclusión], por Humberto Ghersi.
IX) Enfermedad y medicina en Pillapi, Bolivia, por Hector Martínez.
X) Contribuciones al estudio de la influencia peruana en las creencias mapuches, por Carlos Albarracin y Maria de Souza.
XI) Creencias y prácticas mágico religiosas del Indio del Altiplano, por Julian Palacios Ríos.
XII) Don Phelipe Guaman Poma de Ayala, señor y principe último quellqacamayoq, por Emilio Mendizabal Losack.
XIII) El centenario de las primeras instrucciones para la investigación antropológica en el Perú 1861, por Juan Comas.
XIV) El licenciado Vaca de Castro en Jauja, por Clodoaldo Espinoza.
XV) Notas informativas.
XVI) Notas necrologicas.
XVII) Bibliografías de los 30 tomos de la Revista.


- Tomo XXXI (1962)

I) Sobre el tema "Indio", por Luis E. Valcárcel.
II) Tipología de las deformaciones cefálicas de los antiguos peruanos, según la Osteología cultural, por Pedro Weiss.
III) Sobre el estilo teatino, por Duccio Bonavia.
IV) Curso de quechua básico (Cusco), por J. Farfan.
V) Nuevos datos sobre tenencia de tierras reales en el Incario, por María Rostworowski.
VI) El licenciado Pedro de la Gasca en Jauja, por Clodoaldo Espinoza.
VII) Acerca del nombre del Perú, por Juan Friede.
VIII) El indígena y el mestizo de Taraco, por Hector Martínez.
IX) Batallas rituales del chiaraje y del Tocto de la Provincia de Kanas [Cuzco-Perú], por Celina Gorbak, Mirtha Lischetti y Carmen Paula.
X) Wright Mills, conciencia crítica de una sociedad de Masas, por Aníbal Quijano.
XI) Notas.
XII) Necrologías.


- Tomo XXXII (1963)

I) Discurso en el III Congreso Nacional de Historia, por Luis E. Valcárcel.
II) La guaranga y la reducción de Huancayo. Tres documentos inéditos de 1571 para la etnohistoria del Perú, por Waldemar Espinoza.
III) Las comunidades de Castilla y el Perú. Estructura social del grupo [Cooperación. Dos economias. Dos mundos], por Jose María Arguedas.
IV) Acerca del origen del hombre en América, por Juan Comas.
V) Eufemio Sabá: comunero costeño del Valle de Lurín, por Juan Comas.
VI) Las dos versiones de Murúa, por Emilio Mendizabál Losack.
VII) Los Andes centrales y la Montaña [Investigación de las relaciones culturales entre la montaña peruana y las altas civilizaciones de los Andes centrales], por Donald Lathrap.
VIII) Las ideas evolucionistas en las Interpretaciones arqueológicas, por Rosa Fung de Lanning.
IX) Sistema fonemico del jaqaru, por Martha James Hardman.
X) La clasificación genetica de los dialectos quechuas, por Gary Parker.
XI) Colección de textos quechuas del Perú [fragmento], por Jorge Farfan.
XII) Diccionario kkechuwa-español, por Jorge Lira.
XIII) Diagnostico del Perú. Cambios en la sociedad peruana, por Jose Matos Mar.
XIV) Castas y clases en Puno, por Francois Bourricard.
XV) El nombre de los Comentarios Reales, por José Durand.
XVI) Notas informativas y bibiográficas. 


- Tomo XXXIII (1964)

I) Los Incas y la planificación, por Luis E. Valcárcel.
II) Pacaraos: una comunidad en la parte alta del Valle de Chancay, por Emilio Mendizabál Losack.
III) El valle de Yanamarca [Descripción cultural de una microregión del Valle del Mantaro], por Jose Matos Mar.
IV) Evolución y situación de las Haciendas en la región de Huancavelica, por Henri Favre.
V) Consecuencias de la modernización de la agricultura en las Haciendas de la costa norte del Perú, por Claude Collin-Delavud.
VI) Noticias.
VII) Notas bibliográficas.


- Tomo XXXIV (1965-1966)

I) Simposio de arqueología del área nor-andina, por Luis E. Valcárcel.
II) Discurso inaugural, por Jorge Muelle.
III) Puerto Hormiga y los comienzos de la cerámica en Colombia, por Gerardo Reichel-Dolmatoff.
IV) Nota preliminar sobre el cementerio Chorrera, Bahía de Santa Elena [Ecuador], por Carlos Zevallos.
V) Técnica negativa en la decoración de la cerámica peruana, por Toribio Mejía Xesspe.
VI) Apuntes bibliográficos sobre artefactos líticos de la región ecuatoriana de los Altos Andes, por Jorge Salvador Lara.
VII) Técnica alfarera del sur-Andino del Ecuador, por Olaf Holm.
VIII) Apuntes sobre la cultura Guangala, por Richard Zeller.
IX) Contribuciones al estudios de la cultura Calima en Colombia, por Alicia Dussan de Reichel.
X) Estudio regional de la orfebrería precolombina de Ecuador y su posible relación con las áreas vecinas, por Carlos Zevallos.
XI) Morfología de la cerámica en relación a las normas prestadas del metal, por Jorge Rondón Salas.
XII)Algunas noticias sobre las tumbas precolombinas de Vicús, por Toribio Mejía Xesspe. XIII)Algunas consideraciones sobre el estilo de Vicús, por Ramiro Matos Mendieta.
XIV) Palabras y discursos finales.
XV) Informe preliminar sobre las galerías interiores de Chavín, por Luis G. Lumbreras y Hernán Amar Olazábal.
XVI) Un depósito de ofrendas en la Sierra central del Perú, por Rogger Ravines.
XVII) Una colección de cerámica de Pachacamac, por Daniel Lavalle.
XVIII) Noticias.
XIX) Notas bibliográficas.


- Tomo XXXV (1967-1968)

I) Etnohistoria de un valle costeño durante el tahuantinsuyo, por María Rostworowski.
II) Religión andina en Francisco de Ávila, por Franklin Pease.
III) Despoblación de los Andes centrales en el siglo XVI, por C. Smith.
IV) La matriz colonial de la comunidad de indigenas peruana: una hipótesis de trabajo, por Fernando Fuenzalida.
V)Perspectivas y actuales investigaciones de la etnohistoria andina, por J. Murra.
VI) La coyuntura comercial del siglo XIX en el Perú, por Heraclio Bonilla.
VII) Notas históricas sobre la evolución y la permanencia de las estructuras de dominación interna y externa en la sociedad peruana, por Jean Piel.
VIII) Investigaciones arqueológicas en el Mantaro Medio, por Duccio Bonavía.
IX) Estudio de las imágenes con cabezas bilobadas de la cerámica Chimú y Chancay, por Pedro Weiss y Pedro Rojas.
X) Piedras pintadas del sur del Perú, por Rogger Ravines.
XI) Notas y comentarios.
XII) Reseñas bibliográficas.


- Tomo XXXVI (1969-1970)

I) Los mitmas yungas de Collique en Cajamarca, siglos XV, XVI y XVII, por Waldemar Espinoza Soriano.
II) Los Ayarmaca, por María Rostworowski.
III) Nuevos datos sobre los linajes de los caciques Lambayeque y Ferreñafe, por Guillermo Lohmann Villena.
IV) Notas sobre la necropampa entre los Incas, por Carlos Araníbar.
V) El mundo sobrenatural de los quechuas del sur a través de la comunidad de Qotobamba, por Juan Víctor Núñez del Prado.
VI) Dos versiones cosmogónicas campa: esbozo analítico, por Stefano Varese y Moisés Gamarra.
VII) Estructura social y reforma agraria, por Giorgi Alberti y Julio Cotler.
VIII) Notas sobre la fonología del quechua de Lamas, por Alberto Escobar.
IX) Industrias líticas del período Huaraz, procedentes de Chavín de Huántar, por Daniel Lavallé.
X) El sitio arqueológico de Chuncuimarca [Huancavelica], por Rogger Ravines.
XI) Las ruinas de Macas en el Valle del Chillón [Lima], por Hermann Trimborn.
XII) Notas y comentarios.
XIII) Reseñas bibliográficas.
XIV) Necrologías.


- Tomo XXXVII (1971)

1: Tiempo y proceso en la sierra central:
I) Grupos de tradición cazadora en las tierras altas de Huancavelica, por Rogger Ravines.
II) Industrias líticas del valle de Palcamayo, por Luis Hurtado y Jesús Ramírez Tazza.
III) El período formativo en el valle del Mantaro, por Ramiro Matos Mendieta.
IV) Excavaciones en Shillacoto [Huánuco], por Chiaki Kano.
V) Análisis de la cerámica Huarpa, por Mario Benavides Calle.
VI) Un pueblo rural ayacuchano durante el Imperio Huari, por William Harris Isbell.
VII) Diseños decorativos en la cerámica Killke, por Miguel Rivera Dorado.
VIII) Late prehispanic accupations in the eastern Peruvian Andes [en inglés], por Donald Enrique Thompson.
IX) El sistema urbanístico de Chinchero, por José Alcina Franch.
X) The identification in Inca architecture and ceramics [en inglés], por Craig Morris. 

2:Ecología y economía:
XI) Agua y riego en tres ayllus de Huarochirí. Siglos XV y XVI, por Waldemar Espinoza Soriano.
XII) La ecología subjetiva como un elemento esencial de la verticalidad, por Lionel Vallé.
XIII) An indigenous quechua community in exploration of multiple ecological zones, por Steven Webster.
XIV) Un carnero por un saco de papas: aspectos del trueque en la zona de Chaupiwaranga [Pasco], por Enrique Mayer.
XV) Contribución al estudio del altifundio, por Antonio Díaz, Carlos Tapia, Julio Casanova, Osmán Morote, Carlos Degregori, Modesto Gálvez y Fermín Rivera. 

3:Estructura, poder y organización social:
XVI) La dualidad en la organización socio-cultural de algunos pueblos del área andina, por Salvador Palomino.
XVII)Ecos del Warachiku en la comunidad Tomanga, por Edmundo Pinto.
XVIII) No servimos más, por Billie Jean.
XIX) El cambio en las relaciones de poder en una comunidad de la sierra central del Perú, por Teófilo Altamirano. 


- Tomo XXXVIII (1972)

I) Arqueología peruana después de Tello, por Jorge Muelle.
II) El precerámico andino: evaluación y problema, por Duccio Bonavia y Rogger Ravines.
III) El taller litico de Chivateros [valle del Chillón], por Rosa Fung Pineda, Carlos Cenzano y Amaro Zavaleta.
IV) Los estudios sobre Chavín, por Luis G. Lumbreras.
V) Ataura: un centro Chavín en el valle del Mantaro, por Ramiro Matos Mednieta.
VI) El hombre temprano en el Perú. Restos óseos y asociaciones: hipótesis de trabajo, por Josefina Ramos.
VII) Patrimonio cultural de Julio C. Tello, por Toribio Mejía Xesspe.
VIII) Ensayo de tipología lítica del precerámico peruano, por Claude Chauchat.
IX) Secuencia y cambios en los artefactos líticos del sur del Perú, por Rogger Ravines.
X) La falsa bóveda en las culturas costeras del antiguo Perú, por Hermann Trimborn.
XI) Introducción al pensamiento arcaico peruano, por Arturo Jímenez.
XII) Las etnías del valle del Chillón, por María Rostworowski.
XIII) El sitio arqueológico de Concon en el valle del Chillón: derrotero etnohistórico, por María Rostworowski.
XIV) El caso Hidalgo, por Celia Wu Brading.
XV) Repertorios etnobotánico y etnozoológico Amahuaca, por André Marcel.


- Tomo XXXIX (1973)

I) La defensa del patrimonio cultural y la investigación, por Rosalía Avalos.
II) Exploración en la caverna de Huargo [Perú], por Augusto Cárdich.
III) Los estratos precerámicos de Ancón, por Jorge Muelle y Rogger Ravines.
IV) Chankillo, por Rosa Fung y Víctor Pimentel.
V) Conchales del río Zarumilla, por Rogger Ravines.
VI) Estructura y organización del hábitat en los Andes centrales durante el Periodo Intermedio Tardío, por Daniéle Lavallé.
VII) Investigaciones arqueológicas en los Andes orientales del norte del Perú.
VIII) Establecimientos estatales en el Tawantinsuyo: una estrategia de urbanismo obligado.
IX) Un craneo de Chavín de Huantar [Perú], por Paulette Reichlen.
X) Huari y Llacuaz. Agricultores y pastores. Un dualismo prehispánico de oposición y complementariedad, por Pierre Duviols.
XI) Plantaciones prehispánicas de coca en la vertiente del Pacífico, por María Rostworowski.
XII) Las colonias de mitmas múltiples en Abancay, siglos XV y XVI, por Waldemar Espinoza Soriano.
XIII) Rebeliones agrarias y supervivencias coloniales en el Perú del siglo XIX, por Jean Piel.
XIV) Augusto Dreyfus y el monopolio del guano, por Heraclio Bonilla.
XV) Reclasificación de las lenguas Pano y datos glotocronológicos para la etnohistoria de la amazonía peruana, por André Marcel.


- Tomo XL (1974)

I) Arquitectura y patrones de establecimiento en el valle de Casma, por Donald E. Thompson.
II) Agricultura de chacras hundidas en el antiguo Perú, por Jeffrey Parsons y Norbert Psuty.
III) Los reinos post-Tiwanaku en el área altiplánica, por Luis G. Lumbreras.
IV) El dorado de metales en el Perú precolombino, por Heather Lechtman.
V) El muestreo en la excavación de sitios urbanos. El caso de Huánuco Pampa, por Craig Morris.
VI) Maíz prehispánico del valle de Cajamarca, por Alex Grobman y Rogger Ravines.
VII) Ecología de la expansión de losq uechua-hablantes, por William Isbell.
VIII) El hábitat de la etnia Pinagua. Siglos XV y XVI, por Waldemar Espinoza Soriano.
IX) Un movimiento mesiánico en Lircay, Huancavelica [1811], por Franklin Pease.
X) La expansión comercial británica en el Perú, por Heraclio Bonilla.
XI) El lugar del hombre en el ecosistema andino, por Stephen Brush.
XII) Más allá de la familia núclear, por Enrique Mayer.
XIII) Análisis preliminar del parentesco y la familia de clase media de la ciudad del Cuzco, por Gabriel Escobar.
XIV) Estructura semántica del aprentesco Machiguenga [Arawak], por André Marcel.
XV) Las antiguedades peruanas y su protección legal, por Rosalía Avalos y Rogger Ravines.
XVI) Bio-bibliografía de Jorge Muelle, por Rogger Ravines, Duccio Bonavia y Rosalía Avalos.
XVII) Índice acumulativo de los tomos.


- Tomo XLI (1975)

I) Agricultores y pastores en Lauricocha y límites superiores del cultivo, por Augusto Cardich.
II) Prehistoria y ecología humana en las punas de Junín, por Ramiro Matos Mendieta.
III) El habitat prehistórico en la zona de San Pedro de Cajas, Junín, por Daniele Lavallée y Michele Julien.
IV) Excavaciones en Pacopampa, Cajamarca, por Rosa Fung Pineda.
V) El complejo Caballo Muerto y los frisos de barro de la Huaca de los Reyes, por Thomas Pozorski.
VI) Garagay: sitio temprano en el valle de Lima, por Rogger Ravines y William H . Isbell. VII)Siete jaguares de oro del Horizonte Temprano, por Heather Lechtman, Lee A. Parsons y William ]. Young.
VIII) Pescadores, artesanos""y mercaderes costeños en el Perú prehispánico, por María Rostworowski de Diez Canseco.
IX) Los mitmas huayacuntu en Quito o guarniciones para la represión armada, siglos XV-XVI, por Waldemar Espinoza Soriano.
X) El surgimiento de la hacienda capitalista en,-la costa norte. El caso de dos haciendas en el valle del Jequetepeque, por Manuel Burga.
XI) Relaciones entre el alimento y el ciclo vital en el grupo Cashinahua, por Robert E. Cromack.
XII) Proto-Jaqui: reconstrucción del sistema de personas gramaticales, por Martha]. Hardman.


- Tomo XLII (1976)

I) Descripción e inventalio de las formas arquitectónicas Inca. Patrones de distribución e inferencias cronológicas, por Ann Kendall.
II) Patrones de agrupamiento arquitectónico del Horizonte Tardío del valle del Urubamba, por Jean-Francois Bouchard.
III) El Cuarto del Rescate de Atahualpa, por Rogger Ravines. Planos aquitectónicos, por Bertha Estela.
IV) Un entierro en Toqokachi, Cusco, por Raimundo Béjar.
V) Un entierro común del Horizonte Tardío en la costa central del Perú, por Rogger Ravines y Karen Stothert.
VI) Evolución de la administración ecológica Inca, por John Earls.
VII) Las mujeres secundarias de Huayna Capac: dos casos de señorialismo feudal en el Imperio Inca, por Waldemar Espinoza Soriano.
VIII) Principios de organización femenina en el Tahuantinsuyu, por Irene Sílverblatt.
IX) Reflexiones sobre la reciprocidad andina, por María Rostworowski de Diez Canseco.
X) Apuntes sobre la influencia Inca entre los Amuesha. Factor que oscurece la clasificación de su idioma, por Mary Ruth Wise.
XI) Pedro Eduardo Villar C6rdova (1901-976), por Rosalía Avalos de Matos y Rogger Ravines.


-Tomo XLIII (1977)

I)El Paijanense de Cupisnique. Problemática y metodología de los sitios líticos de superficie, por Claude Chauchat.
II) Alto Salaverry: sitio Precerámico de la costa peruana, por Shelia G. Pozorski y Thomas G. Pozorski. III) Telarmachay. Campamento de pastores en la puna de Junín del Período Formativo, por Daniéle Lavallée.
IV) Exploraciones y excavaciones en el valle de Sechín, Casma, por Rosa Fung Pineda y Carlos Williams León.
V) Investigaciones arqueológicas en Villa El Salvador, por Karen E. Stothert y Rogger Ravines.
VI) El Imperio Huari: ¿Estado o ciudad?, por Willíam H. Isbell.
VII) Sistema de depósitos en Pampa Grande, Lambayeque, por Martha B. Anders.
VIII) Análisis de rasgos significativos en la obsidiana de los Andes Centrales, por Richard L. Burger y Frank Asara.
IX) Prácticas funerarias en Ancón, por Rogger Ravines.
X) La poliginia señorial en el reino de Caxamarca, siglos XV y XVI, por Waldemar Espínoza Soriano.
XI) Organización sociopoHtica de los aguaruna (jíbaro). Sistema de linajesegmentarios, por Míldred L. Larson.

- Tomo XLIV (1978-80)

I) Notas sobre una visita al cerro Chivateros, por Augusto Cardich y Luis Hurtado de Mendoza.
II) Los recursos naturales y el poblamiento precerámico de la puna de Junín, por Ramiro Matos Mendieta y John W. Rick.
III) La industria ósea de Telarmachay, Periodo Formativo, por Michéle Julien.
IV) Complejos de pirámides con planta en U, patrón arquitectónico de la costa central, por Carlos Williams León.
V) Reconocimiento arqueológico en el río Corrientes, nororiente del Perú, por Rogger Ravines.
VI) Huánuco Pampa: nuevas evidencias sobre el urbanismo inca, por Craig Morris.
VII) Guarco y Lunaguaná. Dos señoríos prehispánicos de la costa sur central del Perú, por María Rostworowski de Diez Canseco.
VIII) Trujillo en el XVII: un manuscrito ignorado, por José Durand.
IX) Bio-bibliografía de Emilio Mendizábal Losack, por R. Ravines.
X) Pañamarca nuevamente: una aclaración, por Duccio Bonavia.


- Tomo XLV (1981)

I) Un manpuesto grabado del valle del Jequetepeque, por Rogger Ravines.
II) Explotación y manejo de los recursos naturales en Pampa Grande, sitio Moche V. Significado del análisis orgánico, por Melody e Izumi Shimada.
III) El Spondylus en la cosmología chimú, por Judith R. Davidson.
IV) Prácticas funerarias en Ancón (Segunda parte), por Rogger Ravines.
V) Hallazgo de Erythroxylum novogranatense en un entierro común del Horizonte Tardío de la costa central del Perú, por Ramiro Castro de la Mata y Rogger Ravines.
VI) El reino aymara de Quillaca-Asanaque, siglos XV y XVI, por Waldemar Espinoza Soriano.
VII) El ordenamiento colonial, por Heraclio Bonilla.
VIII) Santos, cargos religiosos y procesos sociales, por Juvenal Casaverde.
IX) Algunos aspectos de la medicina tradicional de los ese éjá (harayo), por Judith E. Vivar A.
X) Bosquejo fonológico del proto-S'liuar-candoshi: evidencia para una relacón genética, por David L. Payne.


- Tomo XLVI (1982)

I) El complejo Chivateros: una aproximación tecnológica, por Duccio Bonavia.
II) Patrones prehispánicos de uso de diversos tipos de piedra en la región del río Cunas, Huancayo, Por Luis Hurtado de Mendoza.
III) Telarmachay: niveles precerámicos de ocupación, por Daniele Lavalle, Michele Julien, Jane Wheeler.
IV) Materiales arqueológicos de Garagay, por Rogger Ravines, Helen Engelstad, Victoria Palomino, Daniel H. Sandweiss.
V) La caza del venado en el arte mochica, por Christopher B. Donnan.
VI) Modelos arquitectónicos peruanos. Ensayo de interpretación, por Wolfgang W. Wurster.
VII) Vivir con crisis: percepción humana de proceso y tiempo, por Michael E. Moseley, Robert Feldman.
VIII) El reino de Cuismanco, por Fernando Silva Santisteban.
IX) Las "provincias" inca del antiguo Tucumán, por Alberto Rex González.
X) Contribución al estudio de las antiguas técnicas de deformación cefálica en la costa del Perú, por Paulette Reichlen.


- Tomo XLVII (1983-85) 

I) El Horizonte Medio en Huamachuco, por John E. Topi e y Theresa Lange Topic.
II) Excavaciones en Pacatnamú, por Christopher B. Donnan y Guillermo A. Cock.
III) La cerámica chimú a fines del Horizonte Medio, por Carol J. Maekey.
IV) Sobre la arqueología de Satipo, por Rogger Ravínes.
V) Arquitectura inca de Cerro Azul, valle de Cañete, por Joyce Mareus, Ramiro Matos Mendieta y María Rostworowski de Diez Canseco.
VI) Cunas deformadoras en Esmeraldas (Ecuador) y en Buool (Célebes), por Paulette Reiehlen y Henry Reiechlen.
VII) La etnía Chimbo al oeste de Ríobamba. El testimonio de la etnohistoria, por Waldemar Espinoza Soriano.
IX) Pastoreo andino y espejismo de eternidad telúrica: la prueba en contrario de la historia demográfica de Espinar (Cusco), de 1689 a 1940, por Jean Piel.
X) El modelo andino de la complementariedad ecológica, por César Fonseca Martel.
XI) La cita en el quechua de Cajamarca, por Heidi Carlson de Coombs.
XII) Toribio Mejía Xesspe (1896-1983), por Rogger Ravines.
XIII) Edward P. Lanning y la arqueología peruana, por Duccio Bonavia y Ramiro Matos Mendieta.


-Tomo XLVIII (1986-87)

I) El urbanismo de Chanchán, por Carlos Williams.
II) Un plano de Chanchán de 18989, por Enrique O'Donnovan.
III) Perfil de un pozo de huaquero en Chanchán, por Carlos Ángulo.
IV) Colán: evidencias arqueologicas, por Rogger Ravines.
V) Petroglifios de Samanga, Ayabaca, por Mario Polia.
VI) Cazadores de cabezas en sitios preInca de Chachapoyas, Amazonas, por Jan Jakobsen, Balslev Jorgensen, Kempfner Jorgensen e Inge Schjellerup.
VII) Placas cerámicas de la cueva de Chuco, Condesuyos, por Federico Kauffman Doig.
VIII) Cerámica prehispánica tardía del valle de Yanamarca, Junín, por Cathy L. Costin.
IX) Santuarios de altura de los Andes, por Marcelo Scanu.
X) El simbolismo de frontera en los Andes, por Antoinette Molinié.
XI) Reflexiones criticas sobre el Proyecto Perú-Cornell, por William W. Stein.
XII) La flexión de persona número en el protoquechua, por Rodolfo Cerrón Palomino.
XIII) Complemento con nishpa en el quechua de San martín, por Irma Inugay de Phelps.
XIV) Variación del orden de las palabras, elipsis y cambio de tiempo en el discurso narrativo en esse ejja, por Kenneth Prettol.


- Tomo XLIX (2001)

I) Uhle y los asentamientos de Chincha en el siglo XVI, por Luis Guillermo Lumbreras.
II) Divinidades del Antiguo Perú por Federico Kaulfrnan Doig.
III) Sucancas, Quipus y Ceques. El tiempo y la sacralización del espacio en el Cusco por Carlos Williams.
IV) Los cosméticos en el Antiguo Perú por Fernando Cabieses.
V)  Las flautas de Pan Mochica y las botellas silbadoras nor andinas arqueológicas, por César Bolaños.
VI) De la confesión al matrimonio. Ejercicios en la representación de correlaciones con incas coloniales, por Francisco Stastny.
VII) Las instrucciones Toledanas de Concepción (Jauja). Para la encuesta socioeconómica de Quito y Cuenca por Waldemar Espinoza Soriano.
VIII) Las mujeres en el Perú virreina!. Imagen colectiva y participación creadora, por Teodoro Hampe.
IX) Elites y construcción de la idea Nacional en el siglo XIX, por Jaime Urrutia.
X) Los Archivos históricos en el Perú: reseña y guía bibliográfica por Pedro Guibovich y Jorge Blanco.
XI) J. J. Von Tschudi y los aimaraes del Cusco por Rodolfo Cerrón Palomino.
XII) Tras la huella de Martín de Murúa porJuan Ossio.
XIII) Construyendo la solidaridad cultural. El programa "Adopte un textil" por Denise Pozzi-Escot y Rommel Angeles.
XIV) In memoriam: Franklin Pease. XV)Recensiones. XVI)Indice de los últimos tomos de la Revista.


- Tomo L (2010)

I) Los textiles transicionales en los fardos tardíos de Paracas Necrópolis: reflectores de cambio en una tradición cultural, por Anne Paul.
II) Reflexiones en torno al estudio del arte del Perú antiguo, por Patricia Victorio Cánovas.
III) El valor patrimonial de la arquitectura virreinal, por Antonio San Cristóbal Sebastián.
IV) Construir para (con)vencer. Arquitectura y evangelización. Perú siglo XVI, por Martha Barriga Tello.
V) Pintura colonial: la alegoría como recurso mnemotécnico, por Jaime Mariazza Foy.
VI) Arte y vida mística: el Alma y el Amor Divino en la pintura virreinal, por Ricardo Estabridis Cárdenas.
VII) Mímesis, retórica y patria: notas acerca de las ideas sobre la pintura en la Lima ilustrada (1750-1800), por Ricardo Kusunoki Rodríguez.
VIII) El enigma de Gil. Gil de Castro, retratista, por Hilda Barentzen Gamarra.
IX) A orillas del poder: constantes y variables en los retratos y en las vidas de Magdalena Ugarteche y Ana Teresa de Ibarra Nanda Leonardini.
X) La escultura en el 900: entre la obra europea importada y la formación de la escultura nacional, por Fernando Villegas Torres.
XI) La tradición de los mollos o illas puneños, por Adela Pino Jordán.
XII) El mate perulero, por Kelly Carpio Ochoa.
XIII) La limitata y la apajata: vasijas propiciadoras de la vida en el altiplano puneño, por Luis Ramírez León.
XIV) Bio-bibliografía de Francisco Stastny Mosberg, por Sara Acevedo Basurto.


- Tomo LI (2016)

I) Identidad, religión y olvido: nuevas religiones en los Andes, por Marc Ballester i Torrents.
II) El mojón muyuy en los Andes. Un recorrido por la memoria, por Beatriz Pérez Galán.
III) Nuestro pueblo chopcca, por Pedro Roel Mendizábal; Marleni Martínez Vivanco.
IV) El rito festivo: del qichwariy alllamatumachiy en la microrregión Occollo, Ayacucho, por Leonor Miluska Muñoz Palomino.
V) La Fiesta de las Cruces en San Pedro de Casta, por Patricia Fernández Castillo.
VI) Machuaychas y chiñipilcos: una etnografía de la cachua del 20 de enero en Juliaca, por Fredy Machicao Castañón.
VII) Danzas del valle del Mantaro, por Tobías F. Ledesma Mercado.
VIII) Insultos y sobrenombres en el sur andino, por Máximo Cama Ttito.
VIII) Tejidos llanos en las colecciones del Museo Nacional de la Cultura Peruana, por Luis César Ramírez León.
IX) Símbolos de poder, protección y fecundidad en la ornamentación de los muebles de embalaje de cuero coloniales y republicanos, por Estela Angélica Miranda Castillo.
X) El Museo nacional de la Cultura Peruana y la legitimación del arte popular tradicional, por María Eugenia Yllia Miranda.



Descarga desde la Biblioteca Virtual del Ministerio de Cultura [sitio original]

Descarga desde nube alternativa